31 de mayo de 2008

Modelo de Respuestas 9: El Realismo-Naturalismo

Literatura Realista. Literatura en la segunda mitad del s. XIX. El Realismo Naturalismo

El Realismo-Naturalismo

Filosóficamente, el realismo es la afirmación de la realidad, una realidad que existe por sí misma y que, por tanto, no consiste en la simple proyección del pensamiento del hombre. Pero desde el punto de vista literario, se ha usado el término de realismo como un concepto que puede ser aplicado a obras anteriores al s. XIX, si por realismo entendemos el "dar una importancia a la realidad objetiva". Es evidente que obras como el Poema de Mío Cid, el Lazarillo de Tormes o El Quijote, se identifica realismo con verosimilitud. Según este punto de vista, el realismo sería una técnica literaria (y también pictórica, escultórica e, incluso, musical) que se opondría al idealismo o a lo maravilloso.

Pero el realismo, en la historia literaria, no sólo es una técnica (fundamentalmente de "relatar"), sino que también es un movimiento literario que llena toda la segunda mitad del s. XIX y que tuvo su origen en Francia con tres novelistas como Stendhal, Flaubert o Balzac.

El Realismo surgió en la Francia de la primera mitad del XIX. Se inició con autores como Balzac y Stendhal, y se desarrolló con Flaubert. Pero es a mediados del siglo XIX, cuando el Romanticismo deja paso a un nuevo movimiento filosófico, cultural y artístico que ocupará lo que queda de siglo: el Realismo. Un movimiento que, frente a las ensoñaciones románticas, pretende poner los pies en la realidad objetiva, como fruto de una nueva sociedad (la burguesa), de una nueva filosofía (el positivismo) y de la importancia de lo científico (Revolución Industrial).

Europa atraviesa una época caracterizada por los adelantos científicos y por los cambios y conflictos que algunos de ellos generan en los individuos y la sociedad. Los escritores intentarán describir esa realidad; de ahí el nombre que recibe esta corriente literaria.

De ese deseo de trasladar la realidad a los lectores lo más fielmente posible, derivan las principales características de la literatura realista:

Ø La sustitución de los temas intimistas, legendarios y fantásticos típicos del movimiento anterior (Romanticismo) por la descripción del mundo real y exterior: lo actual, lo cotidiano, lo fácilmente observable. De ahí el auge que experimenta la novela, el género literario más apto para reproducir la realidad.

Ø El intento de abarcar toda la realidad, tanto los ambientes familiares y sociales en que se mueven los personajes, como sus conflictos anímicos. Esto explica la minuciosidad con que se nos describe su pasado, el entorno en que se mueven, su evolución psicológica y sus ideas políticas, religiosas o morales. La literatura girará, pues, en torno a dos grandes ejes: lo social y lo psicológico.

Ø La tendencia a la omnisciencia del narrador. Para poder ofrecernos lo que piensan y sienten sus personajes, sus secretos más escondidos, sus deseos más ocultos, el narrador ha de convertirse en un ser omnisciente y omnipresente, cualidades que comparte con el lector, quien con frecuencia sabe de los personajes más que ellos mismos.

Ø El afán de objetividad del escritor, quien, para hacernos creíbles sus historias, intenta ocultarse evitando el punto de vista personal, tan propio del gusto romántico. Ello no impide tomar partido ante los graves problemas de su tiempo tales como los desequilibrios económicos, el paro, los conflictos sociales o la intolerancia religiosa entre otros.

Durante el último tercio del siglo, algunos escritores, influenciados por las corrientes filosóficas y científicas en boga, evolucionan hacia posturas más radicales. No se conforman con describir el comportamiento de sus personajes, sino que intentan demostrar que su carácter y su conducta están sujetos a leyes similares a las que rigen los fenómenos físicos. Este movimiento recibe el nombre de Naturalismo.

El Realismo en España:

La literatura realista se da en una época en la que los gobiernos progresistas consagraron derechos democráticos e impulsaron reformas. Es el tiempo en el que se consolida el estado liberal y la burguesía. También es ahora cuando se desarrollan las organizaciones obreras.

Las corrientes de pensamiento más destacadas fueron el krausismo ―que defendio una filosofía práctica, racionalista que hacía hincapié en el carácter ético de la conducta individual, en la creencia en la perfección del hombre y en la evolución de la sociedad― y el positivismo ―un sistema filosófico que solo admite los conocimientos que se fundamentan en la experimentación; por ello se basa en la aportación de las ciencias físicas y naturales―.

La nueva estética (que en Europa se inicia en torno a 1850) no se adopta plenamente en España hasta 1868, aproximadamente, coincidiendo con la revolución, "La Gloriosa", que derroca a Isabel II del trono e inicia un período de inestabilidad política y social que culminará en el advenimiento de la Primera República y, posteriormente, con la vuelta de la monarquía. Simultáneamente con estos fenómenos políticos, un grupo de escritores jóvenes comienzan a publicar sus primeras novelas e inician el Realismo español. Estos autores no se van a quedar anclados en las mismas técnicas, sino que con el tiempo irán evolucionando hacia el Naturalismo, en algunos casos, y, después, hacia soluciones narrativas más personales, ya entrado el s. XX.

Este grupo de autores: Pereda, Galdós, "Clarín", Valera, Pardo Bazán, Palacio Valdés, Blasco Ibáñez, etc... ha recibido el nombre genérico de Generación del 68 por estar vinculado su comienzo en la literatura con el advenimiento de la Revolución. Pero, aunque la crítica tradicionalmente los considerara en conjunto, entre ellos pueden encontrarse grandes diferencias, tanto ideológicas (unos son liberales y, por tanto, partidarios de la Revolución, mientras que otros se definen como conservadores), como literarias (cada uno entenderá el Realismo y el Naturalismo de forma muy personal).

La Novela:

En el Romanticismo español ya podemos encontrar un género que anticipa algunas de las características del Realismo como es el costumbrismo. El tránsito entre el costumbrismo y la novela realista de la segunda mitad del siglo se va a hacer de una forma gradual, a través de la obra de Fernán Caballero y Pedro Antonio de Alarcón.

Los aspectos que caracterizan a la novela realista española:

a/ Siguiendo el principio de que la novela tendrá más valor cuanto más fiel sea a la realidad circundante, los novelistas del 68 considerarán esa realidad directa y vivida como objeto estético de primer orden.

b/ Para conseguir lo anterior, es evidente que los autores quieran reflejar en sus novelas la realidad más cercana en el tiempo y en el espacio, es decir, aquella realidad que mejor conocen. Este ideal va a motivar la aparición de dos subgéneros novelísticos importantes dentro del Realismo español; por un lado, la novela regional (Peñas arriba de Pereda, por ejemplo); y por otro, la novela urbana (Misericordia, de Galdós). Lo mismo explicará el que las novelas realistas españolas se desarrollen siempre en tiempo contemporáneo (evidentemente, el mejor conocido por los autores), y que cuando se desplacen los hechos a otras épocas de la historia sea porque juzguen necesario conocer el pasado para explicar el presente, no por simple deseo de evasión en el tiempo, como sucedía en el Romanticismo con la novela histórica.

c/ El escritor realista intenta acercarse a la realidad desde una posición de absoluta imparcialidad, desprovisto de cualquier juicio de valor sobre los hechos que relata. Evidentemente, este ideal de objetividad no siempre puede cumplirse, ya que, a menudo, los autores escogerán los argumentos, personajes o situaciones de la realidad que más se adapten a su forma de pensar.

Los autores realistas son conscientes del valor social e, incluso, político que sus obras tienen; y en repetidas ocasiones convertirán sus novelas en vehículo que apoye una determinada "tesis" política o filosófico. Esta toma de postura produjo la aparición de otro subgénero novelístico propio del Realismo, la novela de tesis, que sirvió para apoyar las posiciones ideológicas progresistas (Doña Perfecta, de Galdós) o conservadoras (Sotileza, de Pereda) de sus autores.

d/ La ideología de la época realista va a valorar lo colectivo, el grupo social, los ambientes en los que el individuo se inscribe y desenvuelve. Esto se va a reflejar en la técnica novelística mediante la situación del personaje en estrecha relación con su ambiente. Poco a poco va a ir perdiendo importancia el individuo (Romanticismo) y ganándola el grupo social. El personaje va a ser siempre producto de un ambiente, de un contexto humano y social que no puede descuidarse

Desde un punto de VISTA TEMÁTICO, esta novela girar en torno a la vida burguesa (sus comportamientos, sus inquietudes, sus desazones, sus matrimonios, el dinero,...). Pero también se hace el retrato de los sectores más pobres de la sociedad urbana y del mundo rural. Sus personajes suelen ser individuos (inadaptados) que se enfrentan a la sociedad y son derrotados por el mundo que los rodea. Normalmente son numerosos y representan a diferentes clases sociales.

Desde el punto de VISTA FORMAL, el rasgo que define a esta novela es la búsqueda de la verosimilitud, para ello se vale de diferentes recursos, como pueden ser las descripciones muy detalladas; los personajes que evolucionan a lo largo de la obra y aparecen en varias obras del mismo autor. Por este mismo motivo, en la novela realista se unen los hechos históricos con la ficción; los personajes reales con los inventados. También por esta causa la acción transcurre en lugares conocidos, se alude a fechas coincidentes con el momento en que se escribe la obra y se hace que los personajes hablen conforme a su condición social.

Otro rasgo formal es la utilización de un narrador, que aun adoptando diferentes formas, suele aparecer como ultraomnisciente (con el papel de cronista). Aparte de la narración tradicional y el estilo indirecto sobresalen el diálogo (caracterización de personajes) y el monólogo interior (subjetividad). Se busca la naturalidad estilística.

PRINCIPALES AUTORES

Entre los novelistas españoles del Realismo cabe destacar a Juan Valera y su Pepita Jiménez, y Leopoldo Alas, “Clarín” y su La Regenta, novela que narra la búsqueda del amor ideal en un ambiente hostil y mediocre, es en resumen, la historia de una carencia de amor y de amistad.

Sin embargo, el novelista en el que nos vamos a centrar es BENITO PÉREZ GALDÓS, autor de tendencia liberal. Su producción literaria intenta novelar todo el siglo XIX. Al pasado histórico del XIX dedica Galdós los Episodios nacionales. El otro gran grupo de novelas es aquél en el que Galdós trata de retratar su mundo contemporáneo. Dentro de este apartado de las novelas de su actualidad encontramos:

a)Las novelas de la primera época o de tesis. El tema y los personajes están sometidos a las ideas del autor. Los personajes son los portavoces de esos pensamientos, mientras que los antagonistas se caracterizan por adoptar una postura contraria, y al final quedan en evidencia. Todos ellos son planos. El narrador, omnisciente, realiza continuos comentarios moralistas con los que apela al receptor. Entre las técnicas narrativas usadas sobresalen las cartas y los diálogos. Un título destacado Doña Perfecta.

b)Las novelas contemporáneas. Galdós inventa un mundo ficticio en el que se cuentan las preocupaciones, bajezas, etc., de la burguesía española del XIX. Muestran la realidad de la época. Para ello hace un retrato del Madrid de la época y, por extensión, del resto de España. Dos obras muy famosas son Miau y Fortunata y Jacinta

c)Las novelas espiritualistas. Están marcadas por unos claros valores evangélicos que abarcan el amor y la caridad cristiana. Los personajes son humildes, pero con alta moral y sentido del deber. Están ambientadas en los barrios más miserables de la época. Aquí habría que destacar Misericordia.

d) Últimas novelas. Mezclan el realismo con elementos de carácter maravilloso y fantástico y están en contacto con el conocimiento y la vida cotidiana de los seres anónimos. Este es el caso de El caballero encantado.

Novela naturalista:

Dentro del Realismo encontramos una derivación que se conoce con el nombre de Naturalismo. Este movimiento pretendió llevar hasta sus últimas consecuencias los postulados del Realismo, por lo que intentó retratar la realidad con un método científico, para lo que hizo de la observación y de la experimentación su método de trabajo. La conclusión a la que llegaron sus cultivadores es que el hombre es pura materia y que no tiene libertad de actuación, porque su existencia se halla determinada por la herencia genética (Mendel) y las circunstancias sociales. Todo lo anterior explica que las novelas naturalistas estuvieran protagonizadas por tarados, alcohólicos, psicópatas, seres que obedecían a impulsos primarios,...; esto es, personajes dominados por su origen biológico o por la sociedad opresiva en la que vivían. El mayor exponente del Naturalismo fue Émile Zola. Esta tendencia, aunque contó con seguidores como Emilia Pardo Bazán, Blasco Ibáñez o el mismísimo Clarín, no se desarrolló plenamente en España por el peso del catolicismo, que era incompatible con el determinismo naturalista.

La poesía

Cierto es que hacia la segunda mitad del siglo XIX la novela evolucionó rápidamente hacia el Realismo, pero esto no ocurrió con la lírica y en el teatro, cuya transformación fue menos violenta y aún continuaron impregnados de romanticismo hasta final de siglo.

Este romanticismo postrero es más aparente que real; en ocasiones carece de fondo y sin la exaltación lírica a la que se entregaba el romántico. Esto es debido a la sociedad, pues era el momento de la burguesía que consolidaría la Restauración de 1875. Dicha sociedad, que estaba sentando las bases del capitalismo y dando los primeros pasos de industrialización del país, no dejó cabida para las personas que admiraban el arte de forma desinteresada.

Los escritores más representativos son Gaspar Núñez de Arce y Ramón de Campoamor, en ocasiones adscritos al Romanticismo como opositores al movimiento, pues en este romanticismo tardío aún quedaban pequeños vestigios con Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.

El teatro

El teatro realista español describe un arco desde las posturas más conservadoras y acríticas a las más progresistas y ácidas: desde la alta comedia de López de Ayala y Ventura de la Vega, al teatro éticamente inquieto de Benito Pérez Galdós y la acerada crítica de Enrique Gaspar (1842-1902), dramaturgo de minorías. Junto a estos autores, se reanudó el interés por el costumbrismo que reflejó el público burgués más conservador a través de géneros como la zarzuela o género chico, el sainete o el teatro por horas. Se trataba de un teatro fundamentalmente de evasión, que procuraba no plantear problemas de conciencia al burgués. Junto a ello, se intentaba revitalizar los anticuados valores conservadores de la honra con las iniciativas para hacer revivir el drama histórico romántico por parte de Manuel Tamayo y Baus o por parte del neorromanticismo del matemático José Echegaray.

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