29 de mayo de 2008

Modelo de Respuestas 7: Literatura del s. XVIII

Literatura en el s. XVIII: Literatura Neoclásica: Literatura Ilustrada

En historia de la cultura, se denomina Ilustración a la ideología innovadora del Siglo XVIII cuyas principales características son:

Ø Racionalismo: la razón se considera la única base del saber. Este hecho favorecerá el desarrollo del pensamiento científico.

Ø Empirismo: frente a cualquier forma de imposición intelectual que pretendiera estar en posesión de la verdad, los ilustrados contrapusieron su fe en la experimentación para poder conocer el mundo y conseguir el progreso.

Ø Criticismo: el ilustrado aspira a someter a crítica racional todo el conocimiento anterior.

Ø Deseo de conocimiento: el ilustrado siente un enorme deseo de conocer por completo el mundo donde habita, de iluminarlo (de ahí el nombre de Ilustración), pero también siente la necesidad de dar a conocer lo aprendido. Esto último explica la aparición de uno de los grandes proyectos de la época: la Enciclopedia Francesa.

Ø Utopismo: se cree que la aplicación de la razón a todos los aspectos de la vida humana permitirá una mejora constante de la sociedad y un progreso económico y cultural ilimitado.

Ø Progreso y felicidad: Deriva y es la causa del carácter anterior. El ilustrado a lo que aspira como objetivo prioritario es a conseguir la felicidad en este mundo.

Ø Reformismo: para lograr el objetivo de conseguir el progreso del ser humano, los ilustrados proponen modernizar la sociedad mediante lentas reformas que serán llevadas a cabo por reyes y gobiernos de carácter absolutista.

El Neoclasicismo.

Es el movimiento que se caracteriza por aplicar las ideas propias de la Ilustración y por buscar un regreso a los valores clásicos griegos y romanos. Los rasgos que definen esta corriente podemos resumirlos en los que siguen:

Ø Vuelta al mundo clásico.

Ø Sometimiento a las reglas de creación literaria (principalmente a las de Aristóteles).

Ø Entienden que el arte y la literatura deben buscar la utilidad.

Ø Eliminación de la obra de arte de los sentimientos desbordados.

Ø Imitación de la naturaleza.

Los nuevos autores critican la literatura anterior y buscan una literatura con otros objetivos. El barroco evolucionó hacia las formas recargadas, las obras se volvieron incomprensibles, demasiado complicadas. La Ilustración abogaba por una literatura sencilla que sirva para enseñar. El objetivo de la literatura es la didáctica y por eso la literatura debe ser sencilla, que llegue al mayor número de gente posible

La literatura se transforma en un vehículo de la Ilustración y de su apoyo a los monarcas absolutos y de éstos recibe su apoyo. La literatura del Siglo de las Luces es sobre todo una literatura de ideas.

Prácticamente desaparece la novela como género. En su lugar aparece el ensayo. Este género es el divulgador de ideas por excelencia, además de que se encuadra muy bien en las características generales de la época: utilidad y didactismo. Los máximos exponentes de este género en España son Feijoo y Jovellanos.

Dentro de la prosa cabe destacar el estilo epistolar de numerosas obras. Estas cartas iban dirigidas a personajes reales o ficticios. La obra cumbre de este género en España es las Cartas Marruecas.

Aparece el periódico en el que se divulgan los ensayos. El periodismo es un medio de difusión debido a que es muy económico y cómodo de leer, y por lo tanto llega a un gran espectro de la población. La población toma conciencia de la necesidad de estar bien informado. Los gobiernos se dan cuenta de que el periodismo es un gran poder.

En cuanto a la poesía, se vuelve a los modelos clásicos, pero hay muchísimas innovaciones métricas. Los temas nunca se salen del didactismo: crítica de las costumbres, importancia de la educación, el papel de la mujer, y los placeres de la vida. Cobran importancia las fábulas, tipos de poesía en las que se exponen enseñanzas morales, normalmente ejemplificadas con animales.

El teatro neoclásico que se halla preocupado por las reglas y, a la vez, movido por un deseo educativo debido a que este teatro aspira a convertirse en instrumento de reforma cívica y moral con pretensiones de transformar a la sociedad. Transformación que viene desde arriba.

Las figuras más destacadas de este siglo fueron:

Fray Benito Jerónimo Feijoo (1680-1768) Hijo de unos hidalgos gallegos, ingresó a los catorce años en la orden de los benedictinos. En la universidad de Oviedo ocupó las cátedras de Teología y Sagradas Escrituras. En esa misma ciudad vivió hasta su muerte

Feijoo comenzó a escribir su obra ilustrada a los cincuenta años. Con ella quiso conseguir dos objetivos:

Deshacer los errores populares basados en la tradición o en la rutina.

Combatir una idea de la ciencia, la de las universidades de la época, que daba por válidas las afirmaciones científicas de la Biblia, Aristóteles o Santo Tomás sin someterlas a crítica y experimentación racional.

La importancia de Feijoo radica fundamentalmente en la divulgación de las novedades científicas y del pensamiento europeo

Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811). Nació en Gijón, en una familia noble, pero de escasos medios económicos. Durante el reinado de Carlos III desarrolló una intensa vida social e intelectual. La subida al trono de Carlos IV, coincidente con los inicios de la Revolución Francesa, supuso el destierro de Jovellanos a Gijón. En 1797 fue encarcelado en Mallorca y fue liberado cuando se produjo la invasión napoleónica.

La vida de Jovellanos refleja las contradicciones en que se debatía la Ilustración española. Su honradez personal y sus ideas reformistas chocaron constantemente con la incompresión de los sectores más tradicionalistas de la sociedad española.

Su obra literaria puede clasificarse en varios grupos:

a. Ensayos, dedicados todos ellos a la reforma de diversos aspectos de la sociedad.

b. Teatro, donde cultivó desde la tragedia hasta la comedia lacrimógena, típica del Prerromanticismo.

c. Poesía, que en la mayoría de los casos está al servicio de sus ideales ilustrados.

d. Cartas y diarios, a través de los cuales podemos conocer más en profundidad su pensamiento.

José Cadalso (1741-1782). Hijo de un rico comerciante de Cádiz, fue alumno de los jesuitas y completó su formación viajando por Europa, lo que le permitió conocer directamente la literatura francesa e inglesa de su época.

Siguió la carrera militar y alcanzó el grado de coronel poco antes de su muerte, ocurrida en el sitio de Gibraltar.

Como autor literario, Cadalso es hoy conocido fundamentalmente por sus Cartas marruecas, obra de inspiración neoclásica, ya que en ella predominan caracteres como la crítica desde posturas racionales, la utilidad, la defensa de las reformas sociales, etc...

Pero aparte de las Cartas, Cadalso cultivó otros géneros:

a. Poesía, tanto de estilo neoclásico como prerromántico.

b. Teatro, donde se adentra por todos los tipos de obras de su época: tragedias, comedias y comedias lacrimosas.

c. Un diálogo de inspiración prerromántica: las Noches lúgubres.

d. Escritos satíricos variados, como los Eruditos a la violeta.

Félix Mª Samaniego (1745-1801).Nació en Laguardia (Álava) en 1745. De familia noble, fue director del Seminario de Nobles de Vergara y participó en la Sociedad Vascongada de Amigos del País, un núcleo muy importante de la cultura de la ilustración. Autor de las Fábulas morales (1781), destinadas a instruir a sus alumnos, constituyen una colección de 137 apólogos que toman sus temas de Esopo, Fedro, La Fontaine y John Gay (véase Fábula). Mantuvo una polémica con Tomás de Iriarte (1750-1791), también autor de fábulas, más despojadas de retórica y de su didáctismo. Samaniego fue además creador de poesía erótica: Jardín de Venus.

Tomás de Iriarte (1750-1791) Nació en La Orotava. Inicia su carrera literaria como traductor de teatro francés. Tradujo, además, El Arte poética (1777) de Horacio.

Escribió las comedias La señorita mal criada (1788) y El señorito mimado (1790). En Guzmán el Bueno (1791) introduce el monólogo dramático con acompañamiento de orquesta. Es, sobre todo, conocido por sus Fábulas literarias, consideradas de mayor calidad poética que las de Samaniego, en las que introduce alusiones a literatos de su época.

Leandro Fernández de Moratín (1760-1828). Nació en Madrid hijo de Nicolás Fernández de Moratín, estuvo en contacto con el grupo de intelectuales y literatos del Madrid de la época de Carlos III. Fue amigo de Jovellanos y, como él, liberal y defensor de las ideas de la Ilustración, lo que le costó algún destierro. Viajó por Francia, Inglaterra e Italia, países en los que se interesó por los últimos movimientos teatrales y sobre los que escribió interesantes libros de viajes.

Además de su sátira en prosa, La derrota de los pedantes (1789), sus obras teatrales más importantes son La comedia nueva o el café (1792), en la que somete a crítica al teatro dominante en su época, y El sí de las niñas (1806), obra que ataca sin paliativos la educación severa y poco formativa que recibían las mujeres en la época y preconiza la libertad de las jóvenes para elegir marido, tema ya visible en El viejo y la niña, de 1790. El barón es de 1803 y La mojigata de 1804. En 1825 se editaron en París sus Obras dramáticas y líricas. Importante para estudiar la evolución del teatro en España es su ensayo sobre los Orígenes del teatro español, que se publicó póstumamente, en 1883. Tradujo Hamlet de Shakespeare en 1798 y adaptó a la escena española dos obras de Molière: La escuela de los maridos y El médico a palos. Murió en 1828 en París, y está enterrado en el cementerio de Père Lachaise, entre Voltaire y La Fontaine.